cielo o mar no se contamina de pasión ni perdón.
La naturaleza no concede.
La compasión y la expiación son verbos de carne, que,
le nacieron al hombre en su afán de explicar lo que no es plomada ni horizonte:
cenit, balanza, inercia, pausa, dios;
y así poder justificar lo injustificable.
La naturaleza no concede.
La compasión y la expiación son verbos de carne, que,
le nacieron al hombre en su afán de explicar lo que no es plomada ni horizonte:
cenit, balanza, inercia, pausa, dios;
y así poder justificar lo injustificable.
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