"respirar", lápiz, 2006
abrieron el pecho y la barriga,
sacaron flores marchitas,
animales grises,
una cuerda de cien metros,
que usaba para ascender a las copas de los árboles y las montañas,
y tocar, desde ahí, la cúpula,
no respirar.
habiendo recuperado los tesoros,
le enterraron,
con prisa,
sin nombre,
todo para que la gente olvide al duende.
marcaron el número en el aparato,
y con voz de máquina se escucho decir:
"misión cumplida".
Otro asalto a la memoria.
sacaron flores marchitas,
animales grises,
una cuerda de cien metros,
que usaba para ascender a las copas de los árboles y las montañas,
y tocar, desde ahí, la cúpula,
no respirar.
habiendo recuperado los tesoros,
le enterraron,
con prisa,
sin nombre,
todo para que la gente olvide al duende.
marcaron el número en el aparato,
y con voz de máquina se escucho decir:
"misión cumplida".
Otro asalto a la memoria.
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