"¡Claro, después dicen que este país no crece por culpa de los indios!" La sentencia se dirigió hacia el mostrador. La gente miró al dueño de la voz. Luego miró a la dama que pasaba disimuladamente 200 lucas a la mano de otra dama adelante en la fila. "¡Qaras sinverguenzas somos!" Los ojos de la corruptora miraron de soslayo al qara acusete. Las chapas de la corrompida explotaron en rojo. "¡Que verguenza señores, que verguenza!" Las señoras compraron 9 pollitos fritos. 5 para la de 200 y el resto para la chaposa. Dijo la cajera: "Señores por favor tienen que esperar 10 minutitos a que salga el pollito". Y la fila maldijo su suerte de qara sonsa.
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